En general, me gustó lo técnicamente organizado que estaba: desde los materiales correctamente asignados para cada día (5-15 minutos, ¡como para un mono!), una navegación cómoda y bien pensada, listas de verificación útiles y muchas ideas.

Las ideas particularmente útiles son las siguientes:

(1) Vacunas: desactivar las notificaciones de mi teléfono inteligente y correo electrónico. Antes de hacer el curso, ya sentía que me estaba quemando. Al desactivar las notificaciones, respiré mejor, exhalé y ahora respiro más profundamente y con más calma;

(2) El enfoque filosófico-budista-práctico y no convencional resultó ser un soplo de aire fresco. Esperaba una presentación formal, unas reglas rígidas de gestión del tiempo, y me sorprendió gratamente la flexibilidad y razonabilidad del enfoque. Por ejemplo, valió la pena observar la diferencia entre la planificación basada en el concepto de pensamiento-combustible y el enfoque centrado en el tiempo;

(3) La importancia de trabajar con tareas verdes;

(4) La técnica de relajación - muchas gracias por ella, ahora me relajo a diario, y me gusta mucho;

(5) Bueno, y, por supuesto, la formulación de tareas como un mono - ¡una cosa genial! He estado haciendo muchas cosas utilizando este enfoque.

Me ha gustado el contenido del curso en sí.

Tuve varias reflexiones en el proceso, por ejemplo, que está bien no tener metas - y es normal que tenga una fuerte dependencia de mi teléfono inteligente, etc.

Me gustó mucho la metodología de trabajo con el correo electrónico. He configurado una bandeja de entrada y ahora cuando leo un correo electrónico lo asimilo inmediatamente: respondo, lo elimino, apunto la tarea, etc. Como resultado, leo cada correo electrónico sólo una vez.

Me he dado cuenta de que ahorro combustible para pensar. También trato de comunicarme intuitivamente de forma asíncrona durante mucho tiempo. Ahora lo hago conscientemente, y pongo el sonido en "sin sonido" para todas las notificaciones, lo cual es muy conveniente.

Me he dado cuenta que el nivel de ansiedad ha empezado a disminuir. Además, hay una concesión: si una persona realmente tiene un asunto urgente, me llamará, y si está de forma histérica enviando mensajes de texto al correo, ese su problema, no el mío.

Leí los libros del autor, pero la práctica, como siempre, resultó ser más eficaz. No todos los ejercicios eran apropiados para mí, algunos no eran aplicables a mi realidad, pero indudablemente fueron útiles.

Me gustó la naturaleza discreta del material, el posicionamiento del autor no como una especie de gurú omnisciente, sino simplemente como un conversador, consejero, ayudante, compañero de viaje.

Como resultado, sistematicé muchas cosas en mi cabeza, las coloqué en los lugares correctos, encontré definiciones precisas de muchos conceptos que sentía inconscientemente (comunicación asincrónica, procrastinación, técnicas de relajación, tareas verdes y rojas, finalización deliberada de tareas).

Ya lo veremos más detenidamente.